Hoy aprovechando que se acaba de correr el Premio Partipral, toca hablar de otra batallita del abuelo Tate.
Allá por el año 1994 no había más remedio que ser fan de Partipral, que tras unos modestos inicios, a base de carreras espectaculares nos fue ganando a todos el corazón, tras varias exhibiciones en España se decidió probarlo en Francia corriendo el P. André Baboin Grupo III, el fervor popular llevó a que la Revista El Potro fletase un autobús para las masas enfervorecidas (seríamos unos 30 locos).
En el paddock, espero que Christian no vea esta foto... La mantilla la llevó orgullosamente David desde Madrid
Yo estaba de exámenes pero no podía perderme la carrera, mi maltrecha economía apenas me permitía pagar el billete, pero quemando los barcos me apunté, la verdad es que no las tenía todas conmigo ya que entre Recta Final donde yo trabajaba entonces y El Potro había una gran rivalidad, pero mantengo muy buena relación con Eduardo Romano que escribía en la misma y confiaba en su mediación, pero no hubo ningún problema y Jordán se porto con un caballero, ya que admitió un caballo de Troya en el bus.
Mi padre sabiendo que era más pobre que las ratas, intentó que Recta Final me pagase el viaje, pero no hubo manera, nos extrañó mucho ya que el caballo correría con los colores del infausto (entonces copropietario de Partipral), pero o no tenían fe en el caballo o no les apetecía patrocinar a la revista contraria, lo cierto es que fue un viaje privado. En el anuario del turf más tarde el innombrable decía que le llamaron loco por correr un Grupo en Francia, siempre me acordé de que no querían fotos para la revista…. mucha fe no tendría.
En el viaje de ida me encontré con muchos amigos en el autobús por lo que fue un viaje muy agradable comentando la carrera y el miedo que nos daba Smadoun un buen caballo del sudoeste Frances con nivel contrastado de Listed. No pudimos dormir nada debido a la emoción de la carrera que se acercaba, en el viaje estaba Abraham y su reciente esposa Mar, y tuvimos una noche muy animada.
Empieza la remontada
Llegamos a media mañana a Burdeos, los dioses me sonreían y Abraham me dijo que los acompañara, que necesitaban a alguien para llevar las cajas de vino que pensaba comprar , tras visitar las enotecas del país y acarreando un par de cajas de vino, Abraham me dijo que si les quería acompañar a comer, que tenía reserva en un restaurante francés que era el tercer mejor restaurante informal del mundo (en ese momento era Viridiana el primero) y quería estudiar a la competencia, yo me escusé pero no me dejaron escapar y me metí en una comida de espionaje industrial abrahamesco -lo cual es muy recomendable- ya que pidió casi todos los platos, muchos vinos y ya con los postres pidió todos los que tenían y si le gustaba alguno pedía más…. Yo casi muero, a Abraham no le emocionó el restaurante, pero yo no podía parar de comer y beber, tengo complejo de pez limpia fondo e intenté infructuosamente no dejar nada en la mesa, ese día Abraham casi acaba conmigo.
Cuando llegó la hora de la carrera mi estado no era el mejor, había comido para varios días y una nube alcohólica velaba mi mente.
La idea era atracar las taquillas y pagarnos el viaje con la victoria del imbatible Partipral, desgraciadamente el ganador se pagaba 2 a 1, pero en lugar de sufrir una decepción por lo pobre del dividendo nos dio un chute de auto estima y ya nos convencimos de que no perdíamos el André Baboin.
Debido a mi estado no pude apostar, para más inri empezó a diluviar y nos tuvimos que subir a la tribuna para hacer las fotos, me encontraba fatal debido a los excesos cometidos, pero una vez salieron de cajones, la adrenalina se impuso y pude disfrutar de la maravillosa carrera en la que Partipral dominó al temible Smadoun, comiéndole terreno metro a metro durante toda la recta, en las tribunas sólo se escuchaban los gritos de los españoles animando a su campeón.
Pobre Smadoun
Como todo salía perfecto hubo una poule en el autobús de vuelta, sobre las carreras del domingo siguiente en Madrid y me llevé tres caballos que casualmente resultaron ganadores, la vuelta fue épica, la emoción no nos permitía dormir y no podíamos parar de comentar una y otra vez la carrera rememorando los mismos detalles en bucle, en ese viaje conocí a David Martínez que hoy en día es uno de mis mejores amigos…es que todo salía bien.
Una vez en Madrid Voldemort tenía gran interés en las fotos, para que salieran en la revista, pero no habían querido pagarme el viaje y mi padre decidió exprimirles por su falta de fe, y me las pagaron muy bien, al día siguiente la prensa se hizo eco del éxito de nuestro caballo, pero no tenían fotos del evento por lo que volví a venderlas. Como podéis ver las fotos eras muy malas, pero desde luego han sido las más exitosas de las que he hecho.
Fue una experiencia única, el mejor viaje de mi vida, vi a Partipral ganar, económicamente me forré, comí en un sitio estupendo y la vuelta hablando con Eduardo y David fue para los tres un momento inolvidable….
Todo sale bien. El otro propietario no sale en esta web Damnatio Memoriae.
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