En este blog no es lo habitual, pero voy a lanzarme a hacer comentarios de libros sobre temas hípicos, iré poniendo lo que me he leído últimamente y si alguien me hace recomendaciones de que leer se agradecería.
Como no estoy muy enterado de que se escribe sobre carreras de caballos voy un poco a lo que me encuentro, este año la feria del libro estaba dedicado a Colombia y pese a la torpeza del gobierno de dicho país censurando a los autores no afines, decidí comprar un libro colombiano para ampliar horizontes. En este caso JOTA, CABALLO Y REY DE DANIEL SAMPER PIZANO Editorial Alfaguara 2013.
Tengo un serio problema, compro más de lo que soy capaz de leer y o viene otro encierro pandémico o no me vuelvo a poner al día jamás… por lo tanto en mis visitas a la feria del libro me he autoimpuesto un solo libro por día, pues tras haber comprado otro, me encontré un libro en una caseta colombiana con un caballo de carreras en la solapa, no lo pude comprar al haber superado el cupo de compras diarias, lo pillaría a la siguiente visita, pero no fue tan fácil ya que cuando volví a la caseta lo del caballo les sonaba a chino, visité el resto de casetas y lo mismo, total que a la tercera visita a la feria, volviendo a la caseta donde lo vi, a la desesperada, pude conseguirlo ( ese día rompí ni regla y me llevé tres libros).
El autor me resulta desconocido si bien en Colombia es un humorista muy popular, de caballos parece que sabe lo justo, pero ha sido bien asesorado y no cae en los tópicos habituales del género.
En Colombia hubo un breve momento en el que, coincidiendo con la apertura del nuevo hipódromo de Techo en Bogotá, las carreras alcanzaron una gran popularidad, especialmente el caballo Triguero que era el héroe local superando a los mejores futbolistas en reconocimiento público.
En ese momento se estableció una dictadura militar, con tintes regeneradores que desaparecieron en el momento en el que alcanzó el poder e intentó perpetuarse en el trono, la popularidad del hipódromo hace que el poder intente aprovecharse de ella y estos son los ingredientes reales en los que está basado el libro.
A través de dos jóvenes amigos de diferente clase social podemos seguir el devenir de los acontecimientos, todo está contado con una fina ironía que lo hace muy divertido, no provoca carcajadas, pero lo lees con una continua sonrisa, es especialmente cruel con los poderosos, como debe de ser.
Me ha servido para investigar un poco sobre las casi desaparecidas carreras colombianas, no he podido evitar ver a uno de los protagonistas como al maestro Santiago Calle, me ha encantado conocer algo de la historia del hipismo Colombiano y saber más de caballos de aquella procedencia de los que aquí conocimos a Antonio, Películina y demás elementos de la Cuadra Las Águilas, de la que en mi infancia era gran seguidor.
A mi me ha gustado mucho más como novela que como libro de carreras, pero es destacable en el exiguo mundo de la literatura hípica en español. Lo recomiendo y si a alguien le apetece leerlo se lo dejo, eso sí siempre con vuelta.
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