Hoy toca reflexiones del abuelo cebolleta, yo voy por la vida A Galopar en mano,  como un apóstol de las carreras de caballos, el pasado sábado entré en un despacho de apuestas para comprobar que una vez más los euro millones me habían eludido, había un señor mayor que viendo la revista preguntaba si era la de esta semana y con la duda de si se podían comprar entradas in situ, me lancé a mi apostolado y le dije que había carreras , que empezaban a las 11 y media, que era una jornada buenísima que no podía perderse, por una vez convencí a alguien, se compro la revista y se fue tan contento, había otro señor que me comentó que antes iba al hipódromo todos los domingos ya que su abuelo trabajaba allí, su hijo y yo estuvimos un rato de vacile ya que hablaba de caballos del año de la tana como Rhefissimo y Chacal, les animé a que volvieran y me fui con la satisfacción haber cumplido mi misión.

Pero ahora llega la reflexión, hay por Madrid, San Sebastián y Sevilla, montones de personas que en otro tiempo han ido habitualmente a las carreras, que tienen un vínculo emocional con su hipódromo y que hace mucho que no van, es un nicho de aficionados a los que deberíamos intentar llegar y creo que no se les está atacando.

La publicidad suele emitirse principalmente en las redes, por lo que se deja fuera a gente de cierta edad que no está inmersa en ese mundo, las redes suelen dar publicidad a un público interesado en un tema determinado dejando fuera a mucha gente, los algoritmos atacan a un público afín dejando fuera a gente que no es consciente de que le interesan las carreras

Todos nosotros cada dos por tres nos encentramos a gente que no sabe que el hipódromo está abierto, a lo mejor una publicidad tipo más tradicional como campañas en periódicos gratuitos, radios o carteles por la ciudad nos permitiría llegar a este tipo de gente que hasta ahora está fuera del radar. Un artículo escrito por Darío Vico en la Guía del Ocio hizo que el hipódromo se llenase varias semanas, estoy seguro de que muchas de las personas que vinieron era gente que al verlo decidió volver a visitarnos.

Un gran problema para el señor mayor era la venta de entradas, tenía miedo a ir y no tener que volverse al estar todo vendido por internet, no estaría de más el reservar unas entradas para este tipo de público ya que estamos echando a un tipo de gente mayor o con miedo a comprar por internet, yo me enfadaría si puedo ir a las jornadas de transición y perderme los grandes premios por que está todo vendido.

Otra cosa que no tiene nada que ver , pero del que me di cuenta el domingo es que la falta de un programa de mano evita que los principiantes consigan ningún vínculo emocional con las carreras, no saben lo que están haciendo , yo hago fotos por dentro de la pista y suelo hablar con la gente que están por encima de mí( mas que nada para que no me echen la cerveza encima o que los niños no me den patadas) y apuestan al de verde , al número cuatro, hubo una familia el año pasado que venían todas las semanas y con la que desarrollé cierta amistad, apostaban algo todas las carreras y en toda la temporada de primavera -los pobres me pedían ganadores- no se aprendieron el nombre de un caballo ( esta temporada ya no les he visto) y me da la impresión de que muchos se van así y es una pena, habría que intentar convertir a ese público  en aficionados.